4 de noviembre de 2014

Una tumba olvidada.-Algo de José Guillermo Carbó

Don Gilberto Escobosa Gámez

De su libro titulado "HERMOSILLO EN MI MEMORIA”

En la vieja necrópolis de nuestra ciudad, ubicada al final norte de la Calle Yánez, reposan los restos del general de brigada José Guillermo Carbó, fallecido el 29 de octubre de 1885 y sepultado en el Cementerio de la Calle Matamoros, hoy desaparecido. De este camposanto, los huesos del militar fueron trasladados en 1950 al lugar donde se localizan hoy.

Carbó era hasta el momento de su deceso, jefe de la Primera Zona Militar con cuartel general en Torin, desde donde dirigía la campaña contra la tribu Yaqui acaudillada por José María Leyva (a) "Cajeme”.

A mediados de octubre del año de su muerte, el General Carbó a caballo y con una escolta, se trasladó de Torin a El Médano y de allí en barco a Guaymas, donde abordó un tren del Ferrocarril de Sonora, con destino a Hermosillo.

El caudillo yaqui, con tres mil hombres había construido el fuerte llamado de El Añil, cerca del Pueblo de Vícam, en el centro de un espeso bosque en la ribera derecha del río. Este fuerte consistía en un ancho foso que abarcaba un recinto bastante extenso. Detrás del foso se construyó una empalizada capaz de resistir las balas de cañón. Dentro de ese lugar "Cajeme” dirigió la defensa de los ataques del Ejército, y contaba con una organización que nunca habían tenido los miembros de esa tribu.

Dentro del recinto de los indígenas, se contaba con víveres, ganado y agua, para resistir muchos meses de asedio; y por otra parte, varias patrullas constantemente salían del fuerte para sorprender a los pequeños grupos de soldados y apoderarse de sus armas y municiones.

Al principiar el mes de julio, la Comandancia Militar ordenó que se retiraran sus fuerzas hacia lugares más lejanos de El Añil, lo cual envalentonó a los indios, que no se dieron cuenta de que esa medida era estratégica en virtud de que en la época de lluvias se dificulta la logística.

Al pasar la temporada de lluvias prosiguió como antes la campaña de las tropas del Gobierno. Tenemos que recordar que Carbó era un militar de mucha experiencia; había luchado durante la Guerra de Reforma y posteriormente contra los imperialistas y el Ejército francés, y por tanto, estaba acostumbrado a vivir cerca de los frentes de combate.

En Hermosillo, el jefe de la Zona Militar dialogó con el gobernador del Estado, don Luis Emeterio Torres, ignorándose de qué asuntos trataron en la entrevista, por no haberse informado a la prensa; pero se supone que de la colaboración del Gobierno del Estado en aquella guerra sangrienta.

Después de la entrevista Carbó-Luis E. Torres, el comandante militar se dirigió al cuartel de las tropas en Hermosillo, donde cayó fulminado por un derrame cerebral, que conmocionó a los jefes de la milicia y a los funcionarios estatales y municipales; la noticia corrió como reguero de pólvora encendida.

El gobernador, al ser informado de lo sucedido en la Comandancia Militar, salió violentamente de su oficina en el Palacio del Estado y se dirigió al hospital del Ejército donde se encontraba el cadáver de Carbó.

La misma tarde del deceso se estableció en una parte del Palacio de Gobierno, todavía en construcción, la capilla ardiente, a la vez que circulaba la esquela de defunción redactada en la siguiente forma:

"HOY A LAS DOCE Y TRES CUARTOS FALLECIÓ EL GENERAL DE BRIGADA JOSE GUILLERMO CARBO, JEFE DE LA PRIMERA ZONA MILITAR. EL GOBERNADOR Y EL JEFE DE LA GUARNICION FEDERAL, POSEIDOS DE PROFUNDA PENA, LO PARTICIPAN A USTED, Y LE SUPLICAN CONCURRIR A LA INHUMACION DEL CADAVER QUE SE VERIFICARA EN EL PANTEON NUEVO DE ESTA CAPITAL, MAÑANA A LAS CINCO DE LA TARDE. HERMOSILLO, OCTUBRE 29 DE 1885.- LUIS E. TORRES.- MARCOS CARRILLO”.
 
GRAL. JOSÉ GUILLERMO CARBÓ

En uno de sus libros el licenciado Juan Antonio Ruibal Corella, al escribir la biografía del licenciado Carlos Rodrigo Ortiz Retes, señala algunos de los defectos del General Carbó culpándole de la caída de aquel gobernador para dar paso al triunvirato Torres-Corral-Izábal, que dirigía los destinos de Sonora durante más de treinta años.

Hoy también sabemos, que el general fallecido era proclive al juego de baraja y a las parrandas, y que cada vez que se embriagaba causaba grandes escándalos.

Sin embargo, pese a todos sus defectos, no le podemos restar el mérito de que en la época del Imperio y la Intervención francesa fue un héroe, un héroe a quien se le ha olvidado y su sepulcro jamás luce un ramo de flores en los aniversarios de su muerte. Por eso esta crónica mereció el título de "Una tumba abandonada”. También pudimos haberle puesto el epígrafe de UN HEROE OLVIDADO.

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6 comentarios:

  1. Pues después de este artículo, im grupo de ciudadanos del pueblo, hizo gestiones y traslado los restos del héroe olvidado y actualmente descansa frente al h ayuntamiento

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  2. Igual a las actuales autoridades se les olvida que esta frente a el lis. El héroe olvidado

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  3. Respuestas
    1. Toda persona puede ser héroe o villano en distintas etapas de su vida.

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  4. Según el relato, fue un asesino que cumplía bien las órdenes...

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  5. Guillermo Carbó vino a La Paz en 1880 a sofocar la revuelta del Gral. Manuel Márquez de León contra el porfirismo. Hay bastantes documentos sobre su accionar, no juzgo si fue héroe o villano sólo me parece un personaje interesante, que tuvo bastante actividad a favor de Porfirio Díaz.

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