19 de junio de 2015

Carbó: Añoranzas de Arnoldo "Nolo" Campillo, parte 21. El cine de Carbó


            1.- Dicho cine en Carbó, cuyo dueño era don Jesús Uribe, familiar del dueño de otro cine similar en Villa de Seris de Hermosillo, quien le enviaba las películas por camión hasta "El Oasis" para su proyección cada fin de semana...se localizaba casi contraesquina de mi casa (familia Campillo) cruzando la calle Garmendia con Revolución.
                 
                   El mencionado don Jesús tenía y medio manejaba un viejo auto Ford (carcacha) que para encenderla (arrancar) necesitaba que otra persona le diera "cran" (girar) por el frente de dicho auto mediante una gruesa manivela, misma que algunas veces giré cuando se me pidió ayudar al respecto... por otra parte, recuerdo que de niño yo jugaba dentro de un viejo "cascarón" del auto de mi papá que estaba dentro del corral de mi casa, arrumbado con marca Ford.

             2.- El cine tenía dos pisos al frente, siendo el primero o planta baja para la venta y cobro de los boletos de entrada, y la planta alta para las dos máquinas de proyección de películas hacia la pantalla al frente y que en algunas veces se extendían las imágenes hasta las paredes laterales de ladrillo.
 
             En dicha planta baja se tenía en principio un pequeño motor generador de energía que hacía funcionar a los mentados proyectores que al descomponerse, por cierto con cierta frecuencia, obviamente se iba "la luz" quedando todo a obscuras e inmediatamente venía la rechifla de todos los asistentes (coincidentemente en la parte más emocionante de la película) con reclamos, gritos y chiflidos a los  "cácaros" , principalmente al jefe "Mike" quien frecuentemente andaba borracho siendo mi hermano Beto quien entraba al rescate ayudando en la reparación de lo que fuera necesario ya sea de la planta eléctrica o de los proyectores.

                3.- Al entrar al cine, después de entregar el boleto ya pagado lo primero que se veían eran largas bancas de madera a cada lado del pasillo central, con pasillos laterales hasta antes del foro (templete) de la pantalla... estimándose un cupo de 100 personas sentadas a cada lado, con mucho más paradas, ya que a media función o película se abría la puerta con la entrada gratis (por lo que siempre había gente esperando hasta afuera de la calle para entrar de "gorrión").
               
                  El cine no tenía techo, estaba bardeado con adobe y ladrillo, y en los frecuentes apagones los asistentes tenían la oportunidad de disfrutar a plenitud un cielo totalmente despejado, sin smog, por lo tanto lleno de estrellas, y a veces con una hermosa y romántica luna totalmente llena.

                  Por la tarde, antes de iniciarse la proyección de la película, afuera del cine tocaba la banda-orquesta local del viejo Magallanes, haciendo mucho ruido para que la gente se animara a entrar a la función.
               
                  4.- Recuerdo con mucho agrado que en ocasiones por la noche subíamos al techo de mi casa   mi hermano Beto y yo, así como los hermanos Ramírez: "Chochi", "Ché", "Yofo" y "Huicho", que vivían en nuestra casa... esto lo hacíamos para ver las películas principalmente las de "Tarzán", "El Llanero Solitario", "El Charro Negro" etc, etc.... todos con sus respectivas "cooperachas" me mandaban a comprar cacahuates, los que regularmente a la mitad de la película comenzaban las explosivas flatulencias, con la inmediata corredera de todos los asistentes para después re agruparse para seguir viendo la película.

              5.- El edificio del cine por mucho tiempo tuvo en la parte alta un letrero que decía: "Cine de Carbó" y mucho después al cambio de propietario se le cambió por "Cine Lamarque".

              6.- Cambiando de tema, también recuerdo que en ocasiones llegaba al pueblo un circo, instalando una gran carpa en el terreno baldío donde actualmente está la plaza con kiosco frente al "Club Social"...dicho circo exhibía algunos animales, por cierto en un muy lamentable estado físico, como leones, tigres, osos, caballos, changos, etc. siendo el atractivo principal los trapecistas, los payasos, y algunos enanitos.

                 Principalmente, las presentaciones eran en las fiestas tradicionales con motivo del 16 de septiembre, 20 de noviembre y 5 de mayo, y a veces también se instalaban en el "taste", campo de béisbol, con música grabada y atractivos: rueda de la fortuna, carrusel, sillas voladoras, lotería, juegos de azar (¿Dónde quedó la bolita?), exhibiciones de diferentes mostruos entre los cuales principalmente estaba la mujer barbuda, sobre la cual se anunciaba frecuentemente a través de un megáfono.

               7.- También en ocasiones, regularmente cada año, llegaban al pueblo los famosos "húngaros", a quienes también se les llamaba gitanos, quienes se instalaban en un lugar céntrico para proyectar diversas películas mudas en blanco y negro, es decir sin sonidos, con puras mímicas de diferentes actores, principalmente Charles Chaplin... algunas personas asistían cargando con su propia silla , y otras se sentaban en el suelo, observándose que a media proyección de la película varias gitanas pasaban con un sombrero para que la gente les depositara la "cooperacha" voluntaria.

                Tales húngaras o gitanas se distinguían de las demás mujeres por sus amplios vestidos con muchos colores, hasta los tobillos, ofreciendo también el servicio personal de la lectura de la palma de las manos leyendole principalmente a las muchachas del pueblo su futuro, el que en todos los casos les alegraba al decirles casi a todas que se iban a casar con hombres muy guapos y con mucho dinero.

                   8.- Después de que los referidos húngaros o gitanos quitaban sus carpas y demás instalaciones, generalmente por la noche, retirándose del pueblo, al día siguiente algunas gentes comentaban a diestra y siniestra que les habían robado alhunas gallinas de sus gallineros y hasta puercos (cochis) decían otras personas y otros pocos más lamentaban el robo de becerritos (en los ranchitos cercanos al pueblo)...el colmo de estos robos era de que en algunas casas desaparecían de los tendederos: pantalones, camisas, faldas, vestidos, calzoncillos y hasta calzones.

                    En verdad, los mencionados visitantes por donde quiera tenían fama de "manos largas" ...eran muy, pero muy "lardones" como decía y repetía muy enojada mi innolvidable, querida y amada madre Beatriz la "Tuchita".

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