Los seres humanos tenemos derecho a la una vida digna, que incluye el derecho a la salud, a la alimentación, a la vivienda, al agua.
Algunos constituyentes de 1917 impulsaron las garantías sociales que comprendía la medicina social. Hoy, los gobiernos depredadores de la iniciativa privada, han ido desapareciendo paulatinamente el espíritu del Seguro Social, del ISSSTE o de los centros de salud. Parece que nuestro país camina hacia el derrotero que le marcan los negociantes de la salud y de la alimentación, copiando lo peor de los estadounidenses. Es preciso tener seguro de gastos para ser atendido en los centros médicos, pues a las instituciones sociales de salud, se les ha ido desprestigiando para que los propios derechohabientes pidan su desaparición. Creo que los mexicanos no debemos perder de vista el enorme beneficio que prestan esas instituciones y exigir su fortalecimiento, porque no son concesión graciosa de la iniciativa privada, sino resultado de la unión y lucha de los revolucionarios y de los más avanzados constituyentes.
Nos hemos acostumbrado a tenerlos que nos olvidamos de valorarlos.
Podemos leer la nueva Ley del ISSSTE y encontrar en ella la intención privatizadora de las pensiones al ser manejadas por Administradoras de Fondos de Retiro, por ejemplo.
Ojalá la defensa de las garantías sociales sea efectiva en las conmemoraciones de la Revolución.
Los seres humanos tenemos derecho a la una vida digna, que incluye el derecho a la salud, a la alimentación, a la vivienda, al agua.
ResponderBorrarAlgunos constituyentes de 1917 impulsaron las garantías sociales que comprendía la medicina social. Hoy, los gobiernos depredadores de la iniciativa privada, han ido desapareciendo paulatinamente el espíritu del Seguro Social, del ISSSTE o de los centros de salud. Parece que nuestro país camina hacia el derrotero que le marcan los negociantes de la salud y de la alimentación, copiando lo peor de los estadounidenses. Es preciso tener seguro de gastos para ser atendido en los centros médicos, pues a las instituciones sociales de salud, se les ha ido desprestigiando para que los propios derechohabientes pidan su desaparición. Creo que los mexicanos no debemos perder de vista el enorme beneficio que prestan esas instituciones y exigir su fortalecimiento, porque no son concesión graciosa de la iniciativa privada, sino resultado de la unión y lucha de los revolucionarios y de los más avanzados constituyentes.
Nos hemos acostumbrado a tenerlos que nos olvidamos de valorarlos.
Podemos leer la nueva Ley del ISSSTE y encontrar en ella la intención privatizadora de las pensiones al ser manejadas por Administradoras de Fondos de Retiro, por ejemplo.
Ojalá la defensa de las garantías sociales sea efectiva en las conmemoraciones de la Revolución.